Vasculitis

Las vasculitis retinianas representan un grupo de enfermedades poco frecuentes caracterizadas por inflamación vascular (flebitis, arteritis, capilaritis, etc.) asociadas a una inflamación intraocular que, en casos graves, puede llevar a la pérdida de la visión. El diagnóstico de estas vasculitis se realiza mediante oftalmoscopía y biomicroscopía del segmento posterior, y la angiografía es un estudio complementario muy útil.

Se pueden dar en contexto de enfermedades sistémicas como la Enfermedad de Behçet, Lupus Eritematoso Sistémico (LES), Esclerosis Múltiple, Sarcoidosis u otras enfermedades que solo afectan al ojo como la Coroideopatía de Birdshot.

También las enfermedades infecciosas como la Toxoplasmosis, Sífilis y Herpes en la Necrosis Retinal Aguda pueden presentar vasculitis.

El cuadro comienza en el estadío prodrómico, con cefaleas, zumbidos en los oídos (acúfenos), hipersensibilidad del cuero cabelludo, dolor de cuello con rigidez de nuca. Luego comienzan los síntomas asociados a la uveítis, que se prolonga semanas a meses, y se caracteriza por diminución de la visión que afecta ambos ojos en 70 % de los casos, mientras que el 30 % restante experimenta compromiso del segundo ojo hasta una o dos semanas más tarde.

La inflamación intraocular que se asocia al desprendimiento de retina exudativo puede hacerse presente varios días después del comienzo de la enfermedad y a veces nunca irse si el tratamiento no es lo suficientemente precoz.